La CGT se suma a la marcha universitaria mientras el ala dialoguista negocia con el Gobierno y pausa el paro
Con Pablo Moyano a la cabeza, la central obrera anunció que será parte de la movilización en defensa de la educación pública del 2 de octubre. En paralelo, el sector moderado mantiene el diálogo abierto con la Casa Rosada y planea reunirse con Guillermo Francos el lunes.
Las negociaciones con el Gobierno por la reglamentación de la reforma laboral profundizaron la crisis interna en la Confederación General del Trabajo (CGT). Mientras el sector dialoguista planea visitar la Casa Rosada el lunes y pausa la convocatoria a un nuevo paro general, el ala dura confirmó que la central obrera se sumará a la marcha universitaria del 2 de octubre.
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“Vamos a estar en la Plaza del Congreso apoyando la ley que se votó hace pocos días. Y ojalá que aquellos diputados y diputadas que tienen una oportunidad histórica de darles el aumento que merecen a los trabajadores y trabajadoras de la educación argentina no traicionen el voto de los trabajadores”, dijo Pablo Moyano, líder del gremio de Camioneros e integrante del triunvirato de la CGT.
En la conferencia de prensa, Moyano estuvo acompañado por Carlos Acuña (Estaciones de servicio), también integrante de la cúpula de la central obrera, y dirigentes de gremios universitarios, entre ellos, Sergio Romero (UDA), Daniel Ricci (Fedun), Walter Merkis (Fatun) y Jose Gabriele (Fagdut), además de Alejandro Gramajo, de la UTEP, que también se sumará a la movilización
La CGT, al borde de una crisis interna
Moyano lidera la posición dura de la central obrera y es uno de los dirigentes gremiales que viene traccionando la convocatoria al tercer paro general contra el presidente Javier Milei. Enfrenta a Gerardo Martínez, el aliado al Gobierno que conduce la Unión Obrera de la Construcción (Uocra). En el medio está la fracción moderada, queintenta mantener un equilibrio entre las dos posturas contrapuestas, entre ellos, los otros dos líderes de la central obrera: Héctor Daer (Sanidad) y Acuña, junto a José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez (UPCN).
Si bien en la sede de la calle Azopardo minimizan el enfrentamiento interno entre las dos fracciones y aseguran que la unidad está firme, las diferencias se agigantan y Moyano mantiene diálogo frecuente con las dos CTA, que -ante lo que califican como la inacción de la CGT- están cada vez más cerca de la reunificación.
La crisis interna le sirve al Gobierno. Milei quiere la foto del Consejo de Mayo con los gremios sentados en la mesa y algunos dirigentes están cerca de aceptar la invitación. La moneda de negociación fueron pequeños cambios en la reforma laboral y el freno a la democratización sindical. Para el ala dura, sentarse a negociar es convalidar ambas iniciativas.
Al igual que el peronismo, desde que asumió el Gobierno libertario, la CGT no logra reorganizarse y, pese a que desde las bases le reclaman que recupere las calles, por ahora gana el ala dialoguista, que limita las protestas y prefiere negociar.
Con la marcha universitaria, la CGT volverá a la calle
Puertas adentro de la calle Azopardo, no hay quiebres respecto del acompañamiento al reclamo de las universidades. Al igual que en la marcha federal anterior, la CGT movilizará una columna propia. Sin embargo, no hay acuerdo sobre cómo enfrentar el avance libertario sobre el sector trabajador.
Los dialoguistas creen que los dos primeros paros no fueron efectivos, mientras el sector duro apunta contra la tibieza y la falta de reacción. Por ahora, el punto en común es el de acompañar reclamos que cuentan con fuerte apoyo social, como la defensa de la educación pública.
“Una vez más, por mandato del FMI, el Presidente de la Nación va a vetar una ley a favor de los trabajadores. Hace días vimos cómo vetó la ley de movilidad y luego reprimió a los jubilados y jubiladas. Nosotros estuvimos en esa movilización”, recordó Moyano en la conferencia de este miércoles, horas antes de la publicación del decreto de Milei que reglamenta la reforma laboral.
Además, garantizó que la “CGT va a estar siempre al lado de aquellos trabajadores que están peleando por un salario mejor”. Acuña coincidió en que “es un saqueo al bolsillo de los trabajadores”.
Y, si bien se diferenció en no cerrar la puerta al diálogo, cuestionó que Milei “quiere imponer” como “forma de gobernar, no escuchar a nadie”. “Lo que planteamos fue tener discusiones para que nos escuchen, para buscarles una solución a los problemas, porque sabemos que si le va bien al gobierno le va a ir bien a la gente y a nuestro país, por lo que siempre estamos dispuestos a colaborar”, aseguró.
Fuente: TN